En el número 31 de la Gran Vía madrileña, coronando el Hyatt Centric Madrid, se encuentra uno de los rooftops más icónicos y con más personalidad de la ciudad: El Jardín de Diana. Un espacio que combina una ubicación privilegiada, una decoración fresca y desenfadada y una carta de cócteles creativos que han hecho de este lugar un imprescindible para el tardeo y las noches animadas en Madrid.
El nombre no es casual: está inspirado en la diosa Diana, símbolo de la naturaleza y la caza, y su espíritu se refleja en la estética del lugar, repleto de vegetación, detalles naturales y un ambiente que invita a celebrar la vida.
Llegar a El Jardín de Diana es toda una antesala de lo que te espera. El acceso se realiza a través del lobby del Hyatt Centric, un hotel moderno y vibrante que encaja perfectamente con la energía del rooftop. Desde allí, un ascensor panorámico te lleva hasta la azotea, y al abrirse las puertas, lo primero que llama la atención es el contraste entre el bullicio de la Gran Vía y la atmósfera relajada y tropical del espacio.
El Jardín de Diana no es una terraza minimalista y fría. Al contrario, aquí predomina una estética boho-chic muy cuidada: sofás bajos con cojines de colores, mesas de madera natural, lámparas colgantes de fibras vegetales y un sinfín de plantas que envuelven el espacio. La sensación es la de estar en un jardín secreto suspendido sobre Madrid.
Durante el día, la luz natural baña el espacio y crea un ambiente perfecto para un tardeo tranquilo. A medida que cae la tarde, la iluminación se vuelve cálida y acogedora, y por la noche, las luces tenues y la música dan paso a un ambiente más festivo y social.
Uno de los mayores atractivos del Jardín de Diana son sus vistas panorámicas. Desde la terraza, la Gran Vía se muestra en todo su esplendor: las fachadas históricas, las cúpulas ornamentadas, el continuo ir y venir de la gente y el brillo de los neones al caer la noche.
Al atardecer, este rooftop se convierte en un lugar mágico para contemplar cómo el cielo de Madrid se tiñe de tonos dorados y rosados, mientras se disfruta de un cóctel bien preparado.
La carta de bebidas de El Jardín de Diana es uno de sus puntos fuertes. Su equipo de bartenders ha diseñado una propuesta que combina cócteles clásicos con creaciones propias inspiradas en la ciudad y en la naturaleza que evoca su nombre.
Algunas opciones imprescindibles para el tardeo:
Gran Vía Tonic: ginebra premium, tónica mediterránea y hierbas frescas.
Diana’s Garden: vodka, puré de frambuesa, sirope de flor de saúco y limón fresco.
Sunset Margarita: tequila reposado, licor de naranja, lima y un toque de puré de mango.
También cuentan con una buena selección de vinos por copa, champanes y cervezas artesanas, así como mocktails para quienes prefieren bebidas sin alcohol.
El Jardín de Diana ofrece una carta gastronómica ligera y versátil, ideal para acompañar la coctelería y compartir entre amigos. Entre los platos más solicitados:
Tartar de atún con aguacate y sésamo, fresco y sabroso.
Mini hamburguesas gourmet con pan brioche y carne de primera calidad.
Tabla de quesos nacionales e internacionales con mermeladas artesanas.
Croquetas cremosas de jamón ibérico.
Hummus con crudités y pan pita crujiente.
La presentación es siempre cuidada y con un toque estético que invita a fotografiar cada plato.
El ambiente de tardeo aquí tiene dos ritmos. Entre las 17:00 y las 20:00, es un lugar perfecto para una reunión tranquila con amigos, disfrutando del sol y de las vistas. A partir de las 20:00, la música sube ligeramente de volumen y el rooftop se transforma en un espacio más animado, con un toque de fiesta que se alarga hasta bien entrada la noche.
Es habitual que organicen eventos temáticos, sesiones de DJ y presentaciones que le dan un extra de dinamismo a la experiencia.
El Jardín de Diana atrae a un público cosmopolita: madrileños que buscan un plan especial, turistas que quieren vivir la ciudad desde las alturas y grupos que celebran ocasiones especiales. Es un lugar perfecto tanto para parejas que quieren un momento romántico como para grupos de amigos que buscan un inicio animado para una noche de ocio.
Reserva con antelación, sobre todo si buscas mesa en primera línea con vistas a la Gran Vía.
Si quieres un ambiente más tranquilo, ve entre semana y a media tarde.
Pide alguna de las creaciones propias del bartender: suelen sorprender.
Si vas en grupo, opta por varias raciones para compartir y así probar más opciones.
Lo que distingue a El Jardín de Diana de otros rooftops madrileños es su personalidad. No se limita a ser una terraza bonita con vistas, sino que crea un ambiente envolvente que combina lo relajado y lo festivo, lo natural y lo urbano. Es un lugar donde puedes empezar la tarde con una copa tranquila y acabar bailando con amigos mientras la ciudad brilla bajo tus pies.