En pleno Barri Vell, dentro de un palacio rehabilitado con exquisito respeto por la historia, se esconde Palau Fugit, un hotel boutique que ha sabido integrar en su propuesta un espacio perfecto para el tardeo: el Vermut Fugit. Su nombre lo dice todo: aquí la idea es dejar que el tiempo se escape sin prisa, copa en mano, mientras se disfruta de un entorno cargado de historia.
La ubicación es un lujo. La terraza, aunque no tan elevada como un rooftop clásico, ofrece una vista encantadora sobre los tejados antiguos de Girona, con la Catedral como telón de fondo. El mobiliario combina piezas contemporáneas con elementos que recuerdan la nobleza original del edificio: maderas nobles, textiles de calidad, cerámicas artesanales. El resultado es un espacio que transmite calidez y autenticidad.
La estrella de la casa es el vermut, servido con la atención al detalle que se espera de un lugar de este nivel. Tienen opciones artesanales, tanto locales como de otras regiones de España, y una carta de acompañamientos que incluye encurtidos gourmet, conservas selectas y pequeños bocados pensados para resaltar el perfil aromático de la bebida. Para quienes prefieren variar, también hay cócteles ligeros, vinos blancos frescos y espumosos.
El ambiente es relajado y cosmopolita, con una clientela que mezcla huéspedes del hotel, visitantes internacionales y gironins que han hecho del Vermut Fugit un punto de encuentro habitual. La música, siempre en un volumen que permite la conversación, se mueve entre el jazz suave, bossa nova y playlists cuidadosamente seleccionadas.
Uno de los atractivos de este espacio es que puede disfrutarse todo el año. En verano, la terraza abierta invita a prolongar la tarde hasta el anochecer, mientras que en los meses más frescos se aprovechan los rincones interiores, con chimeneas encendidas y luz cálida. Es, además, un lugar muy versátil para eventos privados pequeños, desde presentaciones discretas hasta celebraciones familiares íntimas.
Consejos para una visita perfecta:
Si es tu primera vez, pide el vermut de la casa y deja que el personal te sugiera los acompañamientos.
Para grupos pequeños, reserva en las mesas con mejor vista hacia la Catedral.
En invierno, opta por un tardeo junto a la chimenea, que crea una atmósfera única.
No te marches sin probar alguna de sus conservas premium: son pequeñas joyas gastronómicas.
Palau Fugit – Vermut Fugit es un lugar que combina historia, hospitalidad y buen gusto en un formato que encaja perfectamente con un tardeo de alto nivel. No tiene la altura de un skybar, pero su encanto reside en la conexión con el entorno y en la calidad de cada detalle. Es de esos sitios que, aunque escondidos, acaban convirtiéndose en referencia para quienes buscan experiencias auténticas y memorables.
